En un siglo y medio, la necrópolis más grande de Latinoamérica, pasó de la gloria al ocaso; cambios culturales, vandalismo, influencers morbo y falta de mantenimiento Se lo pensó como un cementerio provisorio, un campo abierto con pequeñas cruces de madera, tumbas individuales y fosas comunes donde se pudiera enterrar a cientos de cadáveres por día. Era abril de 1871. En la ciudad de Buenos Aires, la epidemia de la fiebre amarilla había llevado en pocos meses al colapso no solo de los hospitales sino también de los cementerios. A contrarreloj, mientras los féretros…
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