El Cementerio de la Chacarita está en estado de total abandono

El Cementerio de la Chacarita está en estado de abandono, un ejemplo es que en el primer subsuelo de la galería 19 hay filtraciones, la zona está habilitada, allí hay tumbas de 2017. Las galerías más deterioradas son las subterráneas centrales (15 a 23), que alojan 40.000 sepulturas: techos con agujeros de varios metros de diámetro, pisos destruidos, cables colgando, agua estancada, baños en estado paupérrimo y falta total de iluminación se suceden en muchos pasillos, informa La Nación.

«Esto es una constante desde hace años. Hicimos denuncias por escrito a la Dirección General de Cementerios y no hubo respuesta. El deterioro es cada vez peor: al director no le dan presupuesto ni para una lamparita», dice a La Nación Domingo Petrecca, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados de los Cementerios de la República Argentina (Soecra).

Petrecca explica que en las galerías hay unos 400 trabajadores autónomos. Su labor consiste en mantener limpios los nichos y pulir las anillas, los cristos y las placas de bronce de los difuntos; por esa tarea cobran a los deudos un abono mensual voluntario. Todo lo referente a las instalaciones corresponde, en cambio, al Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño.

«Acá está todo roto, es un abandono total, es terreno de nadie. En los baños no hay agua y cuando llueve se inunda todo«, cuenta uno de los cuidadores. «Hemos llegado a pedir materiales para arreglar el piso gratis, porque es un peligro, pero no nos los dan. Estamos a la buena de Dios, pero dentro de un cementerio», lamenta otro. Y dice que son ellos mismos quienes reponen las luminarias para que el aspecto del lugar no sea tan malo y los familiares continúen yendo.

Arrendar un nicho cuesta entre $190 y $1445 anuales, dependiendo de si es para un ataúd o para una urna, y la fila en la que se encuentre. Se otorgan por un máximo de 30 años. Desde el Ministerio explicaron que hay muchos «abandonados o que no están al día con los pagos y se pueden vaciar cumpliendo los requisitos legales». La ley habilita a reducirlos dentro de los 60 días del vencimiento, pero, según Petrecca, «esa política no se está llevando adelante».

Para Hernán Vizzari, estudioso de la historia de Chacarita, “el Gobierno no toma en cuenta el patrimonio histórico que hay en el cementerio ni se interesa por mantener el estado de unas galerías en cuya construcción participó el arquitecto Clorindo Testa«. Fuentes del ministerio indicaron a La Nación que «se está avanzando en una licitación para el mantenimiento de ascensores y monta ataúdes».

Otro problema habitual son los robos. «Ya cambié dos veces el cristo que tiene mi madre. No hay seguridad, esto es una boca de lobo», dice Juan Carlos. Los cuidadores comparten su preocupación: «El primer problema es la seguridad. Se roban las anillas, los cristos y hasta las lámparas, que las ponemos y las sacamos para que no se las lleven. Hay seguridad en las salidas, pero acá abajo no existe».

La inauguración del Parque Elcano, en enero de 2017, generó polémica porque el espacio ocupa 3 hectáreas que hasta entonces pertenecían al Cementerio. El Gobierno de la Ciudad sostuvo que era una zona en desuso desde hace años mientras que los vecinos afirman que había nichos y sepulturas recientes.

Ahora, también denuncian que se quieren reconvertir otras áreas en espacios verdes. El proyecto implicaría derribar las galerías 1 a 9, ubicadas en la esquina de Guzmán y Jorge Newbery, extender la avenida Del Campo hasta Warnes y abrir una diagonal desde Del Campo hasta Jorge Newbery. Para la necrópolis implicaría una pérdida de 20 de las casi 100 hectáreas que hoy tiene y la convierten en una de las más grandes del mundo. Desde el Ministerio de Ambiente indicaron que no existe ningún proyecto de parquización ni de demolición de galerías.

En diciembre, Nelly Zugasti, quiso renovar el nicho de la galería 6 donde está su madre desde hace ocho años. En la administración se negaron. «Me dijeron que estaban viendo qué iban a hacer porque están deterioradas. Hace unos años no estaban así. El abandono está hecho a propósito: tiran abajo todo para hacer otra cosa. El cementerio es un lugar intocable, deberían dejar en paz a los muertos. Buenos Aires tiene montones de otros lugares donde se pueden hacer plazas y canchas de deportes», concluye Zugasti.

Entradas relacionadas