La Porteña avanza lentamente entre quintas, bajos y cañadones, portando su luctuosa carga de ataúdes. El Cementerio del Norte (Recoleta) y el del Sur (Parque Ameghino) habían llegado a tal nivel de saturación que, para alojar a tanto muerto, las autoridades se vieron obligadas a comprarle al Colegio Carolino el terreno de la Chacarita (o Chacrita) de los Colegiales. Curioso destino el de estos campos, que poco antes, la alegre estudiantina del Nacional Buenos Aires poblaba con gritos y juegos. La llegada de La Porteña y su carga de muerte…
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